Cuando nos preguntan sobre una jornada de pesca, tenemos una tendencia natural a mostrar los peces más pesados que hayamos capturado. Lo que impresiona son los peces grandes, el tamaño, y nos guste o no, el estado de ánimo de la persona puede incluso variar según el peso del pez.
Para este artículo contamos con la opinión de nuestro amigo Vítor Ganchinho, pescador experienciado y CEO de Go Fishing Portugal. Vítor cuenta que en sus experiencias de pesca ha capturado muchos peces grandes, pero también muchos pequeños cuando los grandes no aparecían o no se dejaban capturar.
Peces grandes vs. Peces pequeños
La pesca no es una ciencia exacta, y aunque existan herramientas que te faciliten el control de todas las variables, como el FishGuru de WeFish, puede surgir cualquier cosa que se cargue nuestras expectativas en un momento dado. Que nos quiten la captura, que cuando lleguemos al lugar de pesca hayan pescadores comerciales trabajando, que las condiciones del mar sean imposibles… Todo puede pasar. A esto también hay que añadirle nuestros errores como pescadores. Los peces grandes son más sensibles al ruido y a factores externos, mucho más que los más pequeños. Pescar un pargo de 1 kg es muy fácil, se puede hacer todos los días, pero conseguir uno de 8 kg es mucho más difícil. No se pescan de la misma manera y, a veces, conseguir uno implica cambiar muchos de nuestros comportamientos.
Vítor nos comenta que de todos los peces grandes que he tenido la oportunidad de pescar (siendo su récord a día de hoy un pez de 230 kg), no guarda recuerdos placenteros, de hecho, con estos peces fue más sufrimiento que placer. Los que le hicieron disfrutar de una buena picada siempre han sido los más pequeños, más normales, más de este mundo. Digamos que no serán tan populares, pero en ocasiones corresponden a un movimiento que se queda en nuestra memoria para siempre. Los peces pequeños también tienen su encanto (nos referimos por supuesto a peces con un tamaño modesto pero de ejemplares adultos, ya crecidos, no de ejemplares alevines que no deben pescarse).
Innovar en la pesca
Cuando Vítor empezó a pescar con señuelos de vinilo, hace ya años, le resultaba gracioso capturar meros con el camarón azul de 5 cm de Savage. Aprendió la técnica en Valencia y a partir de ahí creó su propio estilo como pescador, el cual ha perfeccionado con el paso de los años. Pensar en la pesca es fundamental. La mayoría de la gente no lo hace, simplemente copia lo que hacen los demás, y así obtienen resultados idénticos a los que obtienen otros. Albert Einstein decía: “La definición de locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes”… De hecho, querer pescar con un plomo y dos anzuelos encima y tratar de sacar algo diferente a todos los que lo hacen es absurdo. Y pasamos a la segunda frase más conocida de Einstein: “la imaginación es más importante que el conocimiento”. El conocimiento es lo que ya está disponible, delante nuestra, la imaginación nos permite dar la vuelta al mundo.
Todo lo pasado ya está hecho y nos toca a cada uno de nosotros intentar empujar los límites de lo conocido, imaginar cómo es posible lograr algo más. O pescaremos con plomada y dos anzuelos encima… de por vida. Imaginar nuevas formas de pescar es algo que no debe reservarse sólo para media docena de personas que se atreven a ir más allá, que prueban, que quieren experimentar y quieren hacerlo de otra manera. Porque estos son, por supuesto, los que obtendrán diferentes resultados de pesca. Es muy importante cuestionar, hacer preguntas a los que saben, pero sobre todo a nosotros mismos. En un mundo donde los peces son cada vez más pequeños, hubo un día en que alguien pensó que era una buena idea reducir el peso de las cañas, los carretes, el diámetro de las líneas y los cebos, e inventó una nueva forma de pesca: El Light Rock Fishing. Con un equipo de Light Rockfishing muy ligero, todas las piezas son grandes. Cuanto más debilitemos nuestro equipamiento de pesca, más técnicos tendremos que ser para lograr resultados.
En la opinión de Vítor, más que tamaño, lo que debemos buscar es el lance. Es esa característica de la creatividad que, cuando tiene éxito, nos hace sentir felices. Porque pescar es simplemente eso, sentirnos bien con el entorno que nos rodea. No es necesario que haya un pez grande al otro lado de la línea, puede que sea pequeño, pero fue una lucha, fue difícil y lo logramos. Eso es lo que cuenta.
Hablemos también de uno de los mejores pescadores europeos, Antonio Pradillo. Nos cuenta Vítor que este pescador español se iba con su hija Valeria a pescar lubinas en el río Turia, y con el agua por las rodillas conseguía capturar 60 o 70 lubinas con su equipo de Light Rock Fishing. Pradillo desarrolla muestras y cañas para la marca SavageGear. También nos cuenta que un día le enseñó unos pequeños poppers, de 8mm de diámetro y unos 4cm de largo, curiosos, coloridos, hechos por él de forma artesanal, y que daban resultado en esas condiciones de aguas poco profundas. Solía pescar con pequeñas tiras en el sedal, muy delgadas, y luego la lubina entraba en el remolino de superficie creado por la muestra. Esos tubitos de espuma los habían hecho con los restos de unas chanclas de su hija, imaginaos la alegría que les dio a los dos saber lo que estaban haciendo. ¿Las lubinas? De media no llegaron al kilo, y la más grande no superó los 1,2 kg, pero ¿es esto lo importante en esta historia?
Esperamos que hayáis disfrutado de esta reflexión acerca de qué es lo realmente importante en la pesca. ¿Sacar peces inmensos? ¿qué mi pez pese un kilo más que el de mi compañero? No lo creemos, lo importante es experimentar, demostrar esfuerzo y sobre todo disfrutar con este maravilloso deporte. Estaremos encantados de leer vuestras opiniones en los comentarios de este post. El contenido original de este artículo proviene del texto escrito por nuestro amigo Vítor Ganchinho: Peixes grandes versus peixes pequenos.
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